viernes, 26 de diciembre de 2008

cuando comenzo


domingo, 21 de diciembre de 2008

la columna de Nino Baustita


con las palabras que vienen a continuación quiero comenzar a escribir sobre mi formación de recursos gerontológico, este pequeño relato es a modo de introducción al tema.
"El día que este viejo y ya no sea el mismo, ten paciencia y compréndeme, cuando derrame comida sobre mi camisa y olvide como atarme mis zapatos, recuerda las horas que pase enseñandote a hacer las mismas cosas.
Si cuando conversas conmigo, repito y repito las mismas palabras que sabes de sobra como termina, no ma interrumpas y escúchame. Cuando eras pequeño para que te durmieras tuve que contarte miles de veces el mismo cuento hasta que cerrabas los ojitos.
Cuando estemos reunidos y haga mis necesidades, no te avergüences y compréndeme que no tengo la culpa de ello, pues ya no puedo controlarlas. Piensa cuantas veces como niño te ayude y estuve paciente a tu lado esperando a que terminaras lo que estabas haciendo.
No me reproches por que no quiero bañarme, no me regañes por ello. Recuerda los momentos que te perseguí y los mil pretextos que te inventeba para hacerte agradable tu aseo, acéptame y perdóname.
Ya que soy el niño, ahora cuando me veas inútil e ignorante frente a todas las cosas tecnológicas que ya no podre entender, te suplico que me des todo el tiempo que sea necesario para no lastimarme con tu sonrisa burlona, acuérdate que yo fui quien te enseñó tantas cosas, comer, vestirte y tu educación para enfrentar la vida, tan bien como lo haces son producto de mi esfuerzo y perseverancia por ti.
cuando en algún tiempo mientras conversamos me llegue a olvidar de que estábamos hablando, dame todo el tiempo que sea necesario hasta que yo recuerde, y si no puedo hacerlo, no te burles de mí, tal vez no era importante lo que hablaba y me conformo con que me escuches en ese momento.
Si alguna vez ya no quiero comer, no me insistas, sé cuanto puedo y cuanto debo. También compréndeme que con el tiempo ya no tengo dientes para morder, ni gusto para sentir, cuando me fallen las piernas por estar cansadas para andar, dame tu mano tierna para apoyarme como lo hice yo cuando comenzaste a caminar con tus débiles piernas.
Por último, cuando algún día me oigas decir que ya no quiero vivir y solo quiero morir no te enfades, algún día entenderás que no tiene que ver con tu cariño o cuanto te ame, trata de comprender que ya no vivo sino que sobrevívo, y eso no es vivir.
Siempre quise lo mejor para ti y he preparado los caminos que has debido recorrer. Piensa entonces que con el paso que me adelanto a dar, estaré construyendo para ti otra ruta en otro tiempo, pero siempre contigo, no te sientas triste o impotente por verme como me ves, dame tu corazón, compréndeme y apóyame como lo hice cuando empezaste a vivir de la misma manera que te he acompañado en tu sendero. Te ruego me acompañes a terminar el mío. Dame amor y paciencia, que te devolveré gratitud y sonrisas con el inmenso amor que tengo por ti. SI YO TE OLVIDO, POR FAVOR NO TE OLVIDES DE MI...........