viernes, 9 de octubre de 2009

Enfermadades seniles.


Cuando realizamos el curso de cuidadoras y promotoras gerontologicas, una de las primeras cosas que aprendemos es reconocer y detectar algún desorden del geronte para alertar al medico de cabezera del mismo.
Algunas de las enfermedades de la vejez son:
ARTERIOESCLEROSIS
DEMENCIAS Y TRASTORNOS CONDUCTUALES
DIABETES
HIPERTENCION ARTERIAL
INCONTINENCIA URINARIA
INSUFICIENCIA CARDIACA
REUMATISMO
SORDERA, ETC.

ARTERIOESCLEROSIS: enfermedad de evolución crónica, lenta, solapada, a veces imperceptible, salvo que el asistente cuente con algunos elementos de juicio para su detección. Tiene un trasfondo hereditario, el padre, la madre o algún otro familiar directo le han precedido en presentar algún estadío ateroesclerótico.
El anciano a nuestro cargo puede padecer o haber padecido alguna otra enfermedad interrelacionada, como obesidad, diabetes, enfermedades vasculares, infartos o trombosis que aceleran la aparición de síntomas.
Los prodromos suelen orientarse hacia los cambios de hábitos. Si bien el anciano gasta habitualmente menos energía que deba reponerse, presenta cambios bruscos del ritmo de sueño. Primero disminuye el tiempo habitual dedicado a dormir y luego el insomnio, la desorientación témporo-espacial, el cambio del día por la noche, la falta de reconocimiento de sus terrenos propios como comedor, dormitorio o baño.
Las alteraciones de sus hábitos higiénicos, hábitos alimentarios o la ingestión de cabellos, uñas, substancias extrañas como tierra, estiércol, etc.,. Las amnesias, cegueras momentáneas, alteraciones visuales como mosca volante, zumbidos en los oídos o sordera, trastornos del equilibrio, vértigos, mareos, producen desconexiones momentáneas con el medio.
La consecuencia final de la arteriosclerosis es la demencia senil arterioesclerótica.
Producto de irrigación sanguínea inadecuada por disminución del calibre vascular, aparecen desórdenes del trofismo en los miembros inferiores. Se evidencia caída del vello y atrofia ungrel; la piel se alisa, pierde su grosor normal y se torna lampiña.
Estos trastornos de la piel y faneras, preceden a la aparición del síndrome del mirador de vidrieras. Son dolorosas contracturas de los músculos de miembros inferiores cuando el anciano inicia una pequeña caminata, conminándolo a detenerse hasta que el dolor disminuya o desaparezca.
El deteriodo vascular continua hasta que se produce la temida obstrucción total de alguna porción de la circulación terminal. La desaparición del flujo sanguíneo periférico, se traduce por gangrena de los dedos con posterior amputación de la zona gangrenada.
Las anomalías circulatorias periféricas de la arterioesclerosis llevan habitualmente a cirugías de By Pass o a la pérdida por amputación del miembro afectado.
La última paciente que cuide por casi 2 años le paso eso, mujer de 75 años, fumadora y fue por una intervención en el pie, por la mala circulación y falta de irrigación le amputaron un dedo del pie por la gangrena, lo que derivó en un A.C.V., perdió el habla y todo movimiento del lado derecho, se pudo recuperar muy poco, su deterioro fue muy grande y solamente llego a recuperar un 30 % de sus movimientos y no así el habla.
Su mente tiene grandes retrocesos y no hay manera de mejorarla.
Cuando deje de trabajar hace unos meses seguía igual, pero las últimas noticias de ella es que su salud se ha deteriorado.